Para iniciar un relación, no existe formula mágica, todo es cuestión de
química, compatibilidad de caracteres, gustos, etc.
En el mundo moderno, ya no es sorprendente el caso de mujeres que se
casan o hacen vida en pareja con hombres mucho más jóvenes.
Pero que motiva a una mujer a buscar a hombres mas jóvenes para
establecer relaciones amorosas, la respuesta que salta a la cabeza es “el
sexo”, probablemente muchas estén en desacuerdo, pero es bien cierto que la
juventud es el divino tesoro, y que la energía y fogosidad que tiene un joven
de 18 a
35 años no es la misma que la de un hombre de los 40 en adelante. Y si a eso le
agregamos, el encanto que le produce a una mujer mayor sentirse deseada y
cortejada por un hombre mas joven.
Reglas que una mujer debe seguir
Pero hay unas reglas que una mujer debe seguir a la hora de seducir a
alguien más joven:
a) La idea de mujer fatal, funciona pero es
acertado no hablarle u ordenarle como si el prospecto fuese un empleado o
sirviente, a nadie le gusta sentirse menos.
b) Resulta excitante para muchos jóvenes, que una
mujer madura destaque su experiencia de una forma sutil, es decir, el que una
mujer madura sea intelectual y sepa de casi todo deslumbra.
c) El mantenerse en forma, no es necesario que
luzca como una Barbie, sino que cuide su feminidad y encanto de una mujer
orgullosa de su edad.
d) El aspecto sexual, es un arma letal, de muchos
es conocida la anécdota de niños de la escuela, o universitarios que sueñan con
la maestra, idealizándola como una gran experta sexual, por ser más que eficaz,
tampoco es necesario actuar como la típica come niños.
e) No es necesario hacer alarde del dinero que se
tiene, y con ello querer comprar al joven que las atrae, ya que se esta enviado
mensajes equivocados, sobre si de verdad esta enamorada y quiere una relación seria,
de lo contrario tendrán a muchos mantenidos cerca.
f) El querer suplantar a la madre, no resulta para
nadie agradable, puede escucharlo, apoyarlo, sino terminaran por cansarlo.
El querer actuar como joven, no es la actitud más apropiada, ya que se
corre el riesgo de caer en el ridículo, más bien sacar el provecho a las
cualidades propias de la edad.